La mujer de los abanicos

La mujer de los abanicos.

Óleo sobre lienzo. Gloria Ferrer. 38 x 46 cm.

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  • Obra original con certificado de autenticidad. Obra original con certificado de autenticidad.
  • Entrega de óleos, acuarelas, margules y terracotas mediante transporte propio para garantizar su perfecto estado. Posibilidad de entrega en galería o domicilio particular.  El resto de artículos se envían a domicilio mediante transporte convencional. Entrega de óleos, acuarelas, margules y terracotas mediante transporte propio para garantizar su perfecto estado. Posibilidad de entrega en galería o domicilio particular. El resto de artículos se envían a domicilio mediante transporte convencional.

Esta figura se enmarca en la pintura narrativa de Gloria Ferrer, una pintura que más allá de demostrar un dominio de la técnica, refleja situaciones cotidianas muchas veces alejadas de las modas, pero que siguen perteneciendo a nuestra realidad.

En esta obra la pintora expande su universo artístico haciendo un guiño al mundo del abanico. No es la primera vez que aparecen abanicos en sus obras, habiendo además pintado alguna tela montada sobre esta estructura. Este guiño a los amantes de los abanicos esconde también una de las aficiones de la pintora, pues también es coleccionista.

Los abanicos en la actualidad son más un objeto de coleccionismo que un complemento de uso corriente. Dependiendo de las fuentes consultadas se habla de que aunque egipcios y griegos empleaban abanicos para refrescarse, los primeros abanicos plegables fueron introducidos en Europa por los Jesuitas, y en Francia por Catalina de Médici. Haciéndose populares muy pronto, no tardaron en verse abanicos de lujo fabricados con telas, metales y piedras preciosas. 

En la actualidad hay distintos museos especializados en el mundo como el de Aldaia en España, el Fan Museum de Londres, o Le Musée de l'Eventail en París donde pueden apreciarse verdaderas maravillas de este objeto.

El cuadro

La mujer de los abanicos representa a una tendera que trabaja en este oficio, la venta de abanicos, los cuales va luciendo sobre el mostrador y explicando ante el cliente que le mira (el espectador)

De colores vivos, el cuadro destaca por su composición y por representar a una figura que se mimetiza con los propios productos que vende incluso en su vestimenta, trasladándonos con su mirada su pertenencia o anclaje romántico - quizás por necesidad o por no tener otra oportunidad - a un pasado más amable.

Técnica: Óleo sobre lienzo

Medidas: 38 x 46 cm.

Año: 2015

Referencia 100073
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